Con el anuncio de una huelga de futbolistas
convocada por su representación nacional, la AFE,
culmina, de momento, la tensión vivida en ese
poderoso sector de actividad económica que es el negocio
del fútbol. Ni que decir tiene que los huelguistas
no han osado perturbar la próxima jornada –al esperado
Real Madrid-Barça, ni reñirle, claro–, pero sí que
amenazan con colgar las botas en la siguiente, es decir,
la del fin de semana posterior, desesperados ante la
insolvencia de esos despilfarradores clubs que andan
debatiéndose en las últimas con la evidente vista gorda
del propio Gobierno que es quien debería preocuparse
ante esa nueva burbuja que
amenaza con estallar en cualquier momento. Al
grano: el negocio del fútbol debe hoy al menos 3.000
millones, más de 600 a una complaciente Hacienda que lo
deja hacer y deshacer, y casi 5.000 a la Seguridad
Social, estimándose que apenas un 15 por ciento de los
clubs está en estos momentos al día. ¿Cómo y por qué
se permite esa deuda a un Real Madrid que debe más de
500 millones mientras dilapida doscientos en fichajes
mediáticos, a un Barcelona que no puede pagar casi 400
millones o a un Atlético que roza por abajo esa cifra?
Sumen esa locura a los 4.000 millones que tiene
colgados la Segunda División y tendrán claro que esa
burbuja explotará tarde o temprano, dejando muy clara la
inmundicia del negocio de los dirigentes y la
complicidad acollonada del Gobierno. Dicen, eso sí,
que la burbuja futbolera no está sola, sino acompañada
por la enorme deuda municipal, cuyos Ayuntamiento
empiezan a cruzar ya la raya roja al no pagar siquiera
sus nóminas, o la que a ojos vista aloja en su templado
amniótico a las Cajas de Ahorro. El trajín de los
constructores se las trae, no lo discuto, pero ándense
listos porque esa supernova fue la primera pero no va a
ser la última en sobresaltar nuestro
firmamento.
Un poco, pues, como la muñeca rusa, el
país soporta una crisis abierta bajo el cielo encapotado
de otras pendientes y amenazadoras. Y en todos los casos
–fútbol, Ayuntamientos, Cajas—hay que preguntarse
qué hace el Gobierno consintiendo el despiporre, por qué
tolera esas deudas inmensas si se las compara con las
minúsculas por las que cruje a diario al sufrido
empresario, cuántos rasero maneja esa Hacienda
componedora y qué razón puede dar la implacable
Seguridad Social para plegarse a semejante cachondeo.
Será curioso ver, eso sí, a esos jóvenes millonarios
paralizar psíquicamente, por lo menos a la mitad de la
población, saqueando nuestras reservas de opio.
Franco no dejaría que las cosas llegaran a mayores. La
democracia, ya lo verán, tampoco va a
consentirlo.
J.A. Gómez Marín
El Mundo
Andalucía, 7 de Abril
de 2010
‘Cuore’ elige los mejores torsos desnudos
del fútbol:
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=702231&idseccio_PK=1028&h=100407 (La emperatriz Faustina, esposa de Marco
Aurelio, fue famosa por perder la cabeza por los
gladiadores).
COMENTARIO: Cuando a
fines del siglo II la economía del Imperio Romano se
hundió (por causas estructurales prácticamente
inversas a las actuales) los espectáculos de circo y
anfiteatro se mantuvieron. No hay que olvidar que,
en general, preferimos que se nos entretenga a que se
nos diga la verdad. Ese es el gran problema de la
historia.
El enlace adjunto, relativo a la pasión
futbolística, merece la pena que lo
pinches:
http://www.youtube.com/watch?v=7Jgkm2pdWgY
Saludos